jueves, 13 de abril de 2023 21:25

A principios de abril, el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, volaron a Pekín.

Su viaje conjunto fue el último de un impulso de los líderes europeos para comprometerse con China y persuadir al presidente Xi Jinping de que tome medidas adicionales para detener el conflicto entre Ucrania y Rusia, que ha provocado una crisis energética con todos los sufrimientos concomitantes para Europa.

Si la guerra continúa, no hay garantía alguna de un buen año para los europeos, puesto que ya están luchando para mantener a raya la crisis energética.

Existía la creencia de que Rusia dependía en gran medida de las tecnologías occidentales para mantener el flujo de su petróleo y gas, de los mercados occidentales para sus ingresos y de los sistemas financieros occidentales para facilitar sus exportaciones de energía.

Se esperaba que, si se la separaba de esto, Moscú enfrentaría un rápido colapso económico. Pero no fue así.

glm/mkh

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